sábado, 12 de diciembre de 2009

Así lucha Copenhague



Allí había gente de todos los rincones del mundo defendiendo una sola cosa, trabajando conjuntamente para que, por fin, el cambio sea posible. Todavía no se con exactitud cuantos eramos pero lo cierto es que no importa tanto el número como la importancia que tiene una manifestación de este tipo.


Hoy Copenhague ha hablado y lo ha hecho en contra del cambio climático y a favor de una solución definitiva por parte de los altos mandatarios que se reunen estos días en la capital danesa en la cumbre que intenta combatir el cambio climático. Y aunque el frío era tan intenso que llegaba a congelar, nadie se ha dado media vuelta a mitad del camino. Porque el camino hay que hacerlo juntos. Uniendo pequeñas partes se crea el mundo.

Si de los que hemos estado ahí dependiera, el cambio hacia un mundo sostenible se hacía hoy mismo. Pero nosotros no podemos hacer más que manifestarnos, hacer oír nuestra opinión y esperar que los políticos hagan el resto. El problema de esto es que, como suele pasar, los intereses individuales priman sobre los colectivos y así nos va...

Tal y como decía una de las miles de pancartas que han pintado h
oy el cielo de Copenhague: "Bla, bla bla...act now".



jueves, 3 de diciembre de 2009

De dónde vienes?

A veces me pregunto de dónde vienes, dónde está tu origen, tu punto de salida. Otras se perfectamente qué te ha motivado, por qué estas aquí, de dónde has salido. Y la verdad, ya no me importa tanto el principio como el final. Qué pretendes? Qué quieres conseguir? Qué has venido a buscar?



Hoy me he encontrado a mi misma paseando por las calles de Copenhague. Sola. Iba yo y mi música. Yo y mis ganas de perderme entre la gente que compra sin parar regalos de navidad. Y entre luces, árboles gigantescos en medio de las plazas, corazones que cuelgan en medio de las calles y villancicos estaba yo. Yo y mis circunstancias.

Pero aunque la ciudad gritara yo estaba sorda. Miraba a mi alrededor y solo veía gente mover los labios. Y no escuchaba nada. Supongo que mis pensamientos hablan más fuerte que todos ellos. Se chillan. Discuten. Pelean por ver quien tiene la razón. Se odian. Se contradicen. Se equivocan. Y alguna que otra vez se quedan en silencio.

Pero que se queden callados no quiere decir que hayan llegado a una solución. Simplemente me dan una tregua. Quizás sean unos minutos, unas horas. Días, quizás? Y mientras yo no sepa que pensar, ni que decir que hablen las canciones por mí. Como Fito & Fitipaldis dice en Cerca de las vías "la tristeza y la alegría viajan en el mismo tren".