domingo, 24 de mayo de 2009

"Para ejercer el periodismo ante todo hay que ser buena persona"

Hoy toca escribir sobre ensayos, ensayistas y lo que te han aportado. Y lo cierto es que yo de ensayos y ensayistas ando bastante perdida, para que vamos a negarlo! En estos tres años de carrera, he leído algunos ensayos. Pero, seamos sinceros, no me han aportado nada. Si no, ¿cómo se entiende que no me acuerde de ninguno de sus títulos o autores?

Por mi desconocimiento en el campo del saber, desde que Perceval propuso el tema en clase el pasado lunes, he estado pensando qué podía hacer con esta actualización. En este proceso me han servido de gran ayuda mis compañeros, que con sus ejemplos y comentarios, me han recordado la magnifica obra de Ryszard Kapuscinski titulada Los cínicos no sirven para este oficio. La verdad es que ignoraba que este libro fuera un ensayo, así que agradezco que me lo recordaran.




El título que encabeza esta actualización es una de las frases que más me impactó de su ensayo y también un buen resumen sobre el argumento principal de la obra: el buen periodismo. Para el periodista polaco, ser buena persona es el condimento indispensable para que la salsa quede perfecta. Es necesario comprender, ponerse en el lugar del otro, vivir la noticia desde dentro, conocer los intereses, las tragedias y las vidas de las personas afectadas. En una palabra, ser buen periodista requiere implicación.

A todos aquellos que vamos camino de ser periodistas dentro de poco ya (¡sólo nos queda un año, ánimo!) recomiendo, si no lo han hecho ya, que lean este ensayo. Pero aún más recomiendo a todos los periodistas con
sagrados que lean o relean esta obra; quizás así recuerden porque un día quisieron dedicarse a este oficio y dejen de manipular la realidad. Quizás así, puedan volver al origen del periodismo, tan criticado en los últimos tiempos.

Ryszard Kapuscinki, maestro de periodistas como muchos le llamaban, murió el pasado enero del 2007. En su dilatada carrera presenció 27 revoluciones, vivió 12 frentes de guerra y fue condenado cuatro veces a ser fusilado.

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